Estela Romero Bringas sumó su capital propio a quien siempre fue su madre
La hermosa relación filial entre Socorrito y su heredera
La Señorita Socorrito Romero tenía un importante sentido de familia. Pero dentro de la propia familia, siempre hay quienes son más allegados que otros. Se trata de afinidades naturales que surgen espontáneamente entre los seres humanos. Un claro ejemplo de esta cercana relación es la de la Señorita Socorrito con su Sobrina Estela Romero Celis.
El amor fraterno que se prodigaron en vida, tía y sobrina fue excepcional. Socorrito fue una madre que procuró su bienestar y el de sus hijos, una amiga que la aconsejó en momentos difíciles y que compartió sonrisas y dolores. El vínculo familiar también se profundiza con los años, es una convicción, una certeza.
Amor de madre e hija, porque eso, al fin y al cabo, fueron. El amor de familia mezcla el respeto, la lealtad y permanece a través del tiempo. Socorrito cuidó de Estela desde la niñez; Estela cuidó a Socorrito en sus momentos más dolorosos enfrentando el cáncer. La hija que la Señorita nunca tuvo fue consolada por su Socorrito cuando perdió a su primer hijo. Estas dos mujeres compartieron la tragedia, el cariño, y la bonanza económica, lo compartieron todo, como lo hacen las familias.
Tan es así, que entre los tehuacaneros jamás hubo duda sobre la heredera de la empresaria. Todos sabían que Estela Romero Bringas sería la heredera. Nadie relacionaba a la Monina con Socorrito, todos la conocieron como hija de Edmundo Caballero Albarrán y Lourdes Garci-Crespo, familia a la que no se le relacionó jamás con los Romero, hasta que la diputada decidió cambiarse el nombre y comienza esta historia de revancha, odio y envidia.