La Señorita Socorro Romero Sánchez con sus buenas acciones se ganó la Gloria Eterna.
Después de una dolorosa agonía, la Señorita Socorrito alcanzó la Gloria prometida por cristo en la religión judeo-cristiana.
Después de su muerte voluntariamente aceptada, la gloria es la antesala de la resurrección de Cristo para que ascienda al cielo a la vida eterna. La fe de Socorrito era esa promesa de la vida eterna. Todas las buenas acciones son grandemente recompensadas, y Socorrito merece, con creces, la Gloria Eterna.
La ayuda que la Señorita prodigó a cuántas personas pudo, le ganó no sólo el respeto y la admiración de propios y extraños, también la acercó, cada vez más, a la promesa de eternidad y resurrección. La promesa del eterno amor y el eterno descanso.
Hoy el alma de Socorrito no puede descansar en paz gracias a los problemas que sus familiares han entablado desde hace años para ganar la herencia de 200 millones de pesos y algunos bienes materiales.
El Sábado de Gloria para la religión católica es un día de luto por la muerte de Cristo tras la Crucifixión. Hoy las labores eclesiásticas están suspendidas, a manera de luto. De la misma forma que los discípulos de Jesús quedaron de luto tras la pérdida del Mesías, en una especie de ansiosa orfandad.
En el caso de la lamentable pérdida de la Señorita Socorrito, su heredera Doña Estela Romero Bringas ha continuado, por amor al legado de su tía, con la labor de la Señorita. Todos quienes recibieron su ayuda, mediante la Fundación Socorro y Francisca Romero Sánchez, por ejemplo, siguen recibiendo el sostén como si Socorrito viviera. Por eso, para los tehuacanenses, Socorrito sigue viva.