El mexicano Saúl ‘Canelo’ Álvarez, una de las grandes estrellas del boxeo actual, tendrá que superar el sábado una difícil prueba ante el invicto Dmitry Bivol para recapturar el título de mediopesado de la Asociación Mundial (AMB), antes de afrontar el esperado cierre de su trilogía con Gennady Golovkin.
La pelea del sábado en el T-Mobile Arena de Las Vegas (Nevada) significa el regreso de Álvarez a la categoría de las 175 libras (79,4kg), que solo probó en noviembre de 2019 cuando noqueó al ruso Sergey Kovalev.
‘Canelo’, convertido ahora en monarca indiscutible del supermediano (168 libras – 76,2kg), se siente en el mejor momento de su carrera y confiado ante el reto de batir a Bivol en una división superior.
“Es un gran campeón, un gran luchador. Lo sabemos pero nos hemos preparado para él”, afirmó el púgil de Guadalajara en la rueda de prensa del jueves.
“Me siento vivo cuando tengo estos desafíos. Respeto las habilidades de Dmitry Bivol pero es mi momento, me siento mejor que nunca“, aseguró. “Quiero hacer historia y esos desafíos son los que me pondrán en los libros de historia del boxeo“.
‘Canelo’, de 31 años, suma en su carrera 57 victorias (39 nocauts), dos empates y una única derrota, sufrida ante el estadounidense Floyd Mayweather Jr por puntos en 2013.
El mexicano es uno de los boxeadores con más capacidad de atracción para los aficionados, capaz de reunir a 73 mil aficionados en el AT&T Stadium de los Dallas Cowboys en su victoria de hace un año ante el británico Billy Joe Saunders.
Su último paso por el ring fue el pasado 6 de noviembre en su victoria por nocáut ante el estadounidense Caleb Plant, que lo erigió como el primer campeón indiscutible del supermediano en la historia del boxeo.
Golovkin a la espera
La pelea del sábado en el T-Mobile Arena, con capacidad para 20 mil espectadores, es la primera de las tres que ‘Canelo’ tiene apalabradas para este año en su lucrativo contrato con Matchroom Boxing y DAZN.
En la segunda, a celebrarse en septiembre, se espera que el mexicano complete su trilogía ante Golovkin en el peso supermediano.
El kazajo, que cumplió su parte en abril al derrotar al japonés Ryota Murata, y el mexicano protagonizaron un polémico empate en el primer capítulo en 2017, mientras que Álvarez ganó la revancha en 2018.
“Esa pelea es para los aficionados”, dijo ‘Canelo’ a ESPN. “Ellos quieren la pelea con Golovkin, así que yo digo: “¿Por qué no?”
Pero antes de reencontrarse con su archirrival, a ‘Canelo’ le espera un combate ante Bivol que podría encaminarle hacia una gesta inédita en el boxeo.
Sin himno y bandera rusos
Si Álvarez le arrebata al ruso su título de mediopesado de la AMB, habrá dado un primer paso hacia ser campeón indiscutible de una segunda categoría.
Ningún boxeador masculino ha logrado esta hazaña desde el inicio de la era de los cuatro cinturones a principios de este siglo.
“He ganado a todos los campeones en 168 (libras). Ahora tengo que tomar otros desafíos. Lo hago por mí, no solo por hacer historia sino porque necesito sentir ese tipo de desafíos“, recalcó ‘Canelo’ el jueves.
Bivol, por su parte, está decidido a dar la gran sorpresa el sábado y erigirse en el peleador que arruinó los grandes planes del mexicano.
A sus 31 años, el ruso tiene un inmaculado balance de 19 victorias (11 nocauts) y ninguna derrota y viene defendiendo con éxito el cetro de la AMB desde 2016.
Seis centímetros más alto que ‘Canelo’, Bivol es un púgil fuerte y de técnica depurada, que maneja la distancia para limitar los intercambios y para atacar confía en su potente jab.
“Estoy muy contento de tener esta oportunidad. Le he pedido a mi equipo desde hace años competir contra los mejores“, recordó el jueves Bivol. “Ha sido un largo viaje hasta este momento y ahora tengo que hacer mi trabajo”.
“Estoy en boxeo desde que tenía cinco años. Con 16 ya fui dos veces campeón mundial amateur. Ahora tengo un cinturón y soy un campeón. ¿Por qué no voy a ganar?“, preguntó.
Aunque nació en Kirguistán, Bivol tiene nacionalidad rusa y, como muchos deportistas de ese país, tendrá que competir en Las Vegas sin símbolos nacionales debido a la invasión de Moscú sobre Ucrania.
La AMB decidió no excluir a los boxeadores rusos pero les impidió ingresar al ring con su bandera nacional o su himno.