Por Felipe Vega, Fundador y director general de CECANI Latinoamérica, empresa de capacitación de asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas
Manejar la preocupación, el miedo, la ansiedad, la presión y el estrés es una habilidad que nadie debe desdeñar. Ni los grandes corporativos, Pymes o Organizaciones de la Sociedad Civil.
Independientemente de la situación, cada miembro de una empresa lucrativa o social tendrá que centrarte en hacer lo correcto. A continuación, te explicamos cómo hacerlo.
Hoy hay innumerables causas de insomnio, especialmente para los líderes. Las incursiones de la IA en el lugar de trabajo, bombardeos incesantes de las redes sociales y aumento de la polarización son factores que deben considerarse.
Sin embargo, es importante designar 15 minutos cada noche a l autorreflexión. Es el momento para evaluar lo que salió bien y lo que no en ese día. Determinar que si se logró o no cumplir en las metas del día y tratar de hacer lo correcto y lo mejor que se puede.
Estos dos objetivos son las formas más efectivas de combatir cinco emociones negativas a las que todos somos susceptibles: preocupación, miedo, ansiedad, presión y estrés.
Para algunas personas la atención plena puede ser útil, pero no suficiente. Sin embargo, todos podemos beneficiarnos de dedicar tiempo a la autorreflexión y darnos la orientación y tranquilidad que se derivan de esta práctica.
Centrarse continuamente en hacer lo correcto refuerza el liderazgo basado en valores, que hace hincapié en influir y relacionarse con los demás.
Al hacer lo mejor que podemos, nos convertimos en modelos a seguir de cómo deberían pensar y actuar los demás. En tercer lugar, e igualmente importante, hacer lo correcto reduce significativamente el estrés, lo que respalda su salud y bienestar en un momento en que las investigaciones muestran que el 55 por ciento de los directores ejecutivos y el 50 por ciento de los miembros de su equipo experimentan problemas de salud mental como ansiedad, depresión y agotamiento.
No existe una sola persona cuya vida mejore cada vez más, como si siguiera una trayectoria ascendente en línea recta. En cambio, es mucho más probable que la vida siga un patrón de sinusoidal, hacia arriba y hacia abajo, mientras que es de esperar que tenga una tendencia al alza.
A lo largo del camino, habrá picos en los que las cosas van bien, así como valles en los que se experimentan pérdidas, decepciones y fracasos, tanto personales como profesionales. Así, uno debe prepararse con anticipación para saber cómo responderás a lo que suceda, en lugar de esperar a que ocurra.
Cuando las cosas van bien experimentar gratitud y celebración. Es importante que los líderes agradezcan a todos los miembros del equipo y los recompensen por contribuir al éxito de la organización. Lo mismo ocurre con los logros personales, tal vez reunir a todos los que brindaron apoyo.
Sin embargo, lo que demasiadas personas pasan por alto es ¿qué voy a hacer cuando las cosas se pongan feas? Las dificultades y los desafíos no son una cuestión de si ocurrirán, sino más bien de cuándo.
Cuando suceden decepciones y dificultades, no conviene sorprenderse ni conmocionarse, sino saber exactamente cómo responder. A través de la autorreflexión, obtener información sobre lo que sucede y por qué, así como lo que se puede hacer para abordarlo.
Ninguno de nosotros sabe lo que va a pasar mañana. Sí, tenemos nuestras prioridades y nuestros planes, pero es inevitable que en algún momento nos encontremos con lo inesperado. “¿Qué es lo peor que podría pasar mañana?” En lugar de que este sea un pensamiento aterrador, puede ser esclarecedor.