En el marco de acusaciones en contra de Emilio Lozoya Austin por parte de la Fiscalía General de la República, y del audio filtrado de la llamada telefónica entre el Fiscal General de la República y Emilio Lozoya Thelmann, padre del exdirector de Pemex, el tema escaló frente a la opinión pública.
Se han difundido hechos que muestran tres cualidades reprochables de Lozoya Austin, que lo hacen parecer como una persona muy desconfiable:
Ingratitud
Hasta julio de 2020, el abogado Javier Coello Trejo llevaba la defensa de Lozoya Austin y hoy se sabe que el pago de los honorarios se realizaría a través de una cobranza a Autrey Díaz, ya que Lozoya le había hecho un préstamo a este último por la cantidad de 31 millones de pesos.
Antes de concluir el plazo del pago de dicho mutuo, Emilio Lozoya Austin firmó un convenio donde reconocía el adeudo de los abogados y cedió los derechos litigiosos para que se pueda iniciar el procedimiento por la vía civil.
Sin embargo, no da certeza del pago, insiste que le cobren a su acreedor y llegado el plazo ni uno de los dos responde. Lo más ingrato de la situación es que semanas atrás, Emilio Lozoya Austin, sin previo aviso, revocó los poderes otorgados al despacho de Coello Trejo obstruyendo el proceso civil y dejando a las personas que siempre alegaron su inocencia: sus defensores.
Además de entregar a su mamá, Gilda Margarita Austin y Solis, involucrar a su propia hija y engañar a su esposa, Marielle Helene Eckes, Emilio Lozoya Austin desconoce a las personas que sí lo defendieron, abogados que desde el día uno, están diciendo que es inocente, a diferencia de su nueva defensa que sólo busca llegar acuerdos con la Fiscalía. ¿Dónde quedó el honor? ¿Cómo podemos confiar en una persona así?
Sociopatía
Emilio Lozoya declaró, a través de sus abogados, que desconoce la existencia de los referidos convenios y que su firma podría haber sido falsificada.
Además de revocar los poderes para no pagar a sus defensores, al momento de enfrentar los hechos, afirma que nunca firmó nada.
Teniendo las pruebas en frente, pasadas ante la fe de un notario público, con múltiples personas, el exdirector de Pemex se atreve a negar dichos documentos. Lo anterior se podría deber a un trastorno en la personalidad.
Mentiroso
Si Lozoya Austin no tiene la honradez de pagar a sus abogados que buscaron que él no vaya a la cárcel, mucho menos repartió el dinero de los supuestos “sobornos”. Al ver la cantidad de dinero en su cuenta y en sus empresas decidió quedárselo. Su ingratitud, sociopatía y mitomanía le impiden quedar bien, tanto con Odebrecht, como con las personas que intentan defenderlo.
Si una persona miente con las pruebas en frente y actúa sin honradez, ¿qué sustento tienen todos sus dichos?