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LA CANCIÓN SE VUELVE TEMPLO: RAÚL ORNELAS BUSCARÁ LA INMORTALIDAD EN EL AUDITORIO NACIONAL

Raúl Ornelas llegó esta tarde al Auditorio Nacional sin aún haber cantado una sola nota, pero con el corazón ya latiendo en clave de canción. En el lobby del Auditorio, el cantautor chiapaneco dió el primer paso hacia lo que promete ser uno de los momentos más sublimes de su trayectoria: su primer concierto en solitario en el recinto más emblemático del país, programado para el 21 de agosto de 2025. Con la voz emocionada, la mirada humilde y la palabra siempre cargada de poesía, el maestro Ornelas expresó que “este concierto no es un sueño que se cumple… es un sueño que se canta”.

El Auditorio Nacional, esa catedral sonora que solo se abre para los artistas que han sabido escribir su historia con verdad, le abre por fin las puertas a quien ha bordado en sus canciones las fibras más íntimas del alma mexicana. Raúl Ornelas, ese trovador de la vida cotidiana que ha sabido convertir la ternura, el desencanto, la esperanza y el amor en versos inolvidables, celebró hoy ante los medios este nuevo capítulo, con la templanza de quien ha llegado sin atajos, caminando con pasos firmes por la ruta del compromiso artístico. “Yo no hice carrera con escándalos ni con campañas. Lo mío ha sido cantar desde el alma y para el alma. Por eso este concierto me duele bonito”, confesó con una sonrisa profunda.

En medio de la charla, y para sorpresa del propio artista, TuneCore reconoció oficialmente su impacto en la era digital con la entrega de una placa por superar las 370 millones de reproducciones en plataformas de streaming. El reconocimiento fue entregado por Bruno Duque, director general para las Américas de TuneCore, y por Israel, coordinador regional para México y Centroamérica. Conmovido por la distinción, Ornelas agradeció con la sencillez que lo caracteriza: “Yo no escribí canciones para sumar números, sino para sumar corazones. Pero si esos corazones se cuentan por millones, entonces entiendo que la música ha hecho su trabajo”.

Y es que el destino de Raúl Ornelas ha sido precisamente ese: tocar corazones. Desde que comenzó cantando en bares veracruzanos hasta hoy, cuando pisa con su propia voz un escenario donde han vibrado las leyendas, su música ha sido ese hilo invisible que une a las personas con sus emociones más profundas. Él no escribe para el aplauso fácil ni para la moda pasajera. Escribe desde la entraña, y eso se nota. Por eso esta noche, el anuncio de su presentación en el Auditorio Nacional resonó como un acto de justicia poética. “Llegar aquí sin tener disquera, sin tener más bandera que mi guitarra, es una prueba de que la gente todavía cree en las canciones verdaderas”, aseguró con convicción.

“Cantar en este recinto no es para mí un punto de llegada, es un punto de encuentro. Aquí me voy a encontrar con la historia de todos los que me han escuchado, los que han llorado con mis canciones, los que se han reencontrado con su propio espejo a través de mi voz”, compartió el maestro, con esa manera suya de envolverlo todo con palabras que parecen susurradas por el alma misma.

No será un espectáculo lleno de efectos, fuegos artificiales o fuegos de artificio. Será, como él mismo lo dijo, “una velada donde la canción será la protagonista. Quiero que la gente escuche lo que no se ve, lo que se intuye, lo que se siente. Quiero que salgan de ahí con el corazón un poco más liviano o quizá más lleno… pero distinto”.

En este concierto no sólo se celebrarán sus canciones más queridas —esas que han sido banda sonora de tantos amores y despedidas— sino también nuevas composiciones, inéditas o poco escuchadas, con las que Ornelas vuelve a tender puentes entre lo íntimo y lo colectivo. Porque eso ha hecho siempre: componer desde el yo para abrazar al nosotros.

Desde “Manual de lo Prohibido” hasta “Que se Entere Todo el Mundo”, pasando por “El Mismo que Viste y Canta”, su discografía es una colección de instantes humanos, un mapa de emociones en clave mayor. Sus letras, interpretadas también por artistas de la talla de Alejandro Fernández, Thalía, Pandora, Rocío Dúrcal y Cristian Castro, han demostrado que su sensibilidad no tiene fronteras de estilo ni de público. Y sin embargo, nadie las canta como él. Porque nadie las vivió como él. “Que otros las interpreten es un honor, pero nadie puede quitarme el privilegio de haberlas sentido primero”, dijo entre risas y emoción.

En esta rueda de prensa, más que datos se compartieron emociones. Más que una cita promocional, fue una declaración de principios, de fe en la canción como oficio y como destino. Raúl Ornelas no es un producto del mercado; es una obra de tiempo y ternura. Y hoy, ese largo trayecto tiene un nuevo nombre: Auditorio Nacional.

El público, que durante años lo ha acompañado con fidelidad devota, ya se alista para corresponderle con presencia, aplauso y alma abierta. Porque no hay mejor manera de celebrar la vida que con canciones verdaderas. Y Raúl Ornelas, sin duda, es uno de los últimos grandes autores de verdades.

Los boletos ya están disponibles en Ticketmaster y en las taquillas del Auditorio Nacional. El 21 de agosto será, sin exagerar, una cita con la historia de la música romántica mexicana. Una noche de gratitud, de amor, de memoria. Una noche donde Raúl Ornelas, como siempre, nos recordará que la mejor forma de resistir es seguir cantando.

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