La Iglesia católica expresó su profunda preocupación por la salud mental de los sacerdotes, enfatizando que abordar este tema no es un tabú, sino una necesidad pastoral. Dicha declaración surgió tras el suicidio del padre Matteo Balzano en Italia.
A través de su editorial dominical “Desde la Fe”, la jerarquía religiosa llamó a los clérigos a que cuiden su bienestar espiritual, emocional y psicológico.
En su mensaje, recordó que “los sacerdotes también son humanos” y, al igual que cualquier persona, “también se cansan, se angustian, pueden deprimirse y sí, también pueden perder la esperanza”.
Subrayó que la salud mental del clero es un “terreno poco explorado, muchas veces envuelto en silencios, autoexigencias y soledad”.
La reflexión de la Iglesia invita a considerar: “¿Quién cuida a quienes cuidan? ¿Quién acompaña a los que dedican su vida a consolar, escuchar y sostener a otros?”. Ante esta interrogante, se recordó uno de los primeros mensajes del Papa León XIV al clero, donde hizo hincapié en la importancia de la vida espiritual del sacerdote:
“Tantas veces, cuando necesiten ayuda: busquen un buen acompañante, un director espiritual, un buen confesor. Nadie aquí está solo. Y aunque estén trabajando en la misión más lejana, ¡nunca están solos!”, reza en su pronunciamiento.
PIDE AYUDA DE LA COMUNIDAD
Incluso exhortó a la comunidad para que participe activamente en el cuidado de sus sacerdotes, instando a:
• Mirar a los sacerdotes con ternura, sin tratarlos como “funcionarios ni superhombres”.
• Preguntarles simplemente cómo están.
• Ofrecerles una conversación y una amistad sincera, ya que un sacerdote “sin vínculos reales y sin afectos sanos corre el riesgo de ahogarse en el aislamiento”.
Mientras que al interior del clero, enfatizó en la necesidad de fortalecer una cultura de fraternidad y apoyo mutuo.