En 2020, la jubilada petrolera fue diagnosticada con cáncer de mama y un año después se le encontró un tumor canceroso en el cerebro, del cual ya lleva cuatro cirugías exitosas en el Hospital de PEMEX
Entre los éxito de la medicina y los milagros de vida, suele existir una delgada línea casi imperceptible, lo cierto es que el talento del personal de los Servicios Médicos de Petróleos Mexicanos (PEMEX) sigue habiendo casos que siguen maravillando a la ciencia médica como es María Eugenia Salmerón, jubilada de la empresa productiva de estado, que enfrenta el diagnóstico de cáncer de mama y cerebral.
A María Eugenia Salmerón le cambió la vida por completo cuando en el año 2020 le diagnosticaron cáncer de mama y al año siguiente cáncer cerebral, lo que evidentemente no solo afectó su condición de salud, sino que movió toda dinámica familiar, al tener la necesidad de acudir constantemente al Hospital de Pemex para recibir atención médica.
“Lo que como paciente me he tenido que enfrentar es a todos esos trámites que se necesitan para control de mi enfermedad, por ejemplo: el pasado mes de mayo, mi médico me mandó a realizar una tomografía de cráneo y la verdad la cita fue muy prolongada, me la habían dado hasta octubre, así que decidí hacerla en una clínica privada, asumiendo los gastos”, adelantó.
Sin embargo, refiere, no todo sigue igual, pues de unos meses para acá se tiene que reconocer que algo están haciendo bien en los Servicios de Salud de PEMEX, pues los tiempos de la citas para estudios médicos de alta especialización se han acortado: “curiosamente, hace un mes mi oncóloga me mando hacer otra tomografía de tórax, pensé que sería igual de prolongada que en la ocasión anterior, pero para mi sorpresa, en esta ocasión la cita en PEMEX fue en menos de un mes”, señaló.
Pero no solo se han acortado los tiempos para los estudios de tomografía, sino que PEMEX también ha conseguido mejorar en la suministración de medicamentos, pues de acuerdo con María Eugenia Salmerón sus recetas se han surtido en tiempo y forma: “Gracias a Dios ahora no me ha faltado mi medicamento, hace casi dos años, yo era quien lo compraba y la verdad afortunadamente tenía mis ahorros, ya que cada ampolleta de mi quimioterapia me costaba 60 mil pesos y, aunque me lo devolvían, significaba un fuerte desembolso para mí y mi familia”, declaró.
Aquí también se ve una importante mejora, señala, pues desde el año pasado, las ampolletas para las quimioterapias las proporciona PEMEX: “cada 21 días voy a mi ‘quimio’ y puntualmente ahí está el medicamento, lo que te quita un peso de encima, por eso estoy sumamente agradecida con todos los directivos que han hecho esto posible”, reconoció.
Ni que decir de los servicios médicos, son de primera, “mi neurocirujano es un genio, ya llevo cuatro cirugías de cráneo y he salido muy bien de todas, lo que me ha permitido mejorar mi calidad de vida y seguir luchando contra esta enfermedad que es el cáncer”, concluyó.