Por Arturo Ortiz, CEO de CIPI Protección, empresa líder de capacitación en seguridad integral.
La carrera delincuencial inicia con el robo a transeúntes. Para elegir a sus víctimas se aplica el principio de “el máximo beneficio con el mínimo esfuerzo”.
Es decir, a los delincuentes incipientes se les entrena para buscar blancos fáciles, débiles y lucrativos. Identificar las víctimas perfectas es la lección número uno en la carrera criminal que ahora se acorta a un año para ascender a sicario o narcotraficante.
La víctima perfecta para robarla tiene estas características:
Alto potencial de beneficio económico. El signo más inequívoco es ver que realiza un retiro en efectivo en las ventanillas del banco o a través de los cajeros automáticos. Sin embargo, también cuenta el llevar bolsos o portafolios costosos, ropa cara, calzado fino, joyas o reloj oneroso. Es decir, cualquier signo que detente que se trata de una persona con buen poder adquisitivo.
Factor sorpresa. Se privilegian “blancos” que son fáciles de someter para que entreguen sus pertenecías. En general se trata de transeúntes distraídos con el celular o que caminan dubitativamente por la calle. Las horas en que menos personas transitan o por lugares poco concurridos, resultan ideales para ser víctima de robo. Cabello largo y suelto es otro factor que propia ser víctimas de la delincuencia.
Facilidad de actuar. Para robar se privilegian las condiciones del entorno que permitan huir. También se calcula el nivel de resistencia que puede poner la víctima potencial. Lugares con amplias posibilidades de escape, como múltiples accesos de salida, estar circundado de vecindades o terrenos accidentados son ideales para perpetrar los robos.
Ante ello, es preciso reflexionar y considerar que, cada vez que salimos a la calle, en algún momento, seguramente seremos evaluados como potenciales víctimas. Para disminuir el riesgo de ser elegidos por los criminales debemos considerar los siguientes aspectos:
Mantener un perfil bajo. Esto implica vestir de manera sencilla y evitar prendas ostentosas o llamativas. También prescindir de joyería y objetos voluminosos que impidan transitar de manera rápida y eficiente. Los zapatos de tacón están proscritos, al igual que las prendas ajustadas. Muchos robos aparecen inmediatamente después de un “piropo”.
Caminar con seguridad. Es importante acostumbrarse a caminar en contrasentido de los vehículos, es decir, viéndolos venir, de manera tal que, si un vehículo nos aborda, no nos sorprenda y en caso de necesidad de correr, lo podamos hacer en el mismo sentido al cual nos dirigíamos, ya que difícilmente dicho vehículo podrá echarse de reversa. Conviene caminar con paso firme y evitar distraerse.
Es importante sospechar de hombres entre 17 y 45 años, que porten sacos o chamarras para esconder armas, con gorras y lentes para evitar ser fácilmente identificados. También deben encender las alarmas quienes no lleven algo en sus manos o no estén en compañía de niños pequeños, mujeres o adultos mayores.
Cuando se presienta que algo no está bien, conviene tornar intempestivamente en sentido contrario a donde nos dirigíamos, cruzar la calle e ingresar a un sitio público como una tienda o un edificio para evitar ser víctima del robo a transeúntes, que representa hasta el 82% de los delitos de alto impacto.
La prevención es crucial.